Llevamos más de 70 siglos disfrutando del yogur, un lácteo lleno de vida. Por su origen a partir de la fermentación de la leche, este alimento contiene probióticos, es decir, microorganismos vivos que favorecen a nuestro cuerpo, en particular a nuestro aparato digestivo.
Este alimento, conocido hoy como «funcional», es ideal en dietas equilibradas. Gracias a sus componentes bioactivos, nos ayuda a proteger la salud cardiovascular, regular el peso corporal y fortalecer nuestras defensas. Por si esto fuera poco, los individuos que presentan intolerancia moderada a la lactosa pueden disfrutar del yogur sin verse afectados dado que en él la lactosa aparece en mínimas cantidades.